martes, 27 de junio de 2017

Lo injusto de un adios...

Eres capaz de escribir palabras que nos quitan... poco y tanto, todo y nada...

Y no eres capaz de irte del todo. Pues bien, si te vas a ir, vete. No me llames, no me busques, deja los mensajes improcedentes en un borrador sin bandeja de salida. La huida se hace sin mirar atrás. Sin sonreir mirando algo nuestro. Uno se va sin desandar, sin volver a mirar lo que ya ha visto...sin admirar lo que tiene delante, aunque sea bonito.

Te vas por convicción propia, por tanto, olvídanos. Olvídame.

Las oportunidades se fundieron en un vacío inmenso. Hoy la palabra imposible cobró vida y juega con un nosotros en pretérito, que jamás se conjugó, ni en presente ni en futuro.

Nacimos de la frustración, sabiéndonos "un no" y aun así,  nació. Le costó empezar pero, qué fácil ha acabado. Al ser humano le cuesta tanto construir, y sin embargo, destruir lo hace de un zarpazo...Y aquí viene lo injusto de un adios...
Rogar te hace más perdedor; asumir, te hace seguir por el camino que no quieres andar...



Te propongo un divorcio, justo y equitativo. Una separación donde nuestro patrimonio quedará reducido a los restos del naufragio de una amistad que disfrazamos de normalidad y frialdad.


Te regalo la música, las velas y ese perfume que huele tanto a mí...
Los nervios, la sensación de sentirnos vivos, los preparativos...
Un masaje, la tranquilidad de ese momento...aquella única noche...
Su despertar...
Las fotos, las risas y el descubrimiento de nuestros cuerpos.
Las torpezas, los secretos que me desvelabas y algún que otro abrazo...



Yo..., creo que me quedaré con las veces que prometías con probabilidades del noventa por ciento y que finalmente quedaron a cero.
Las prisas y la frustración de las agendas.
La soledad y las desilusiones.
Me regalo los mensajes sin responder y la cobardía a la hora de decirme que no podías.
Recordaré que cuando más te necesitaba...no te encontré...
Quiero la noche y su mañana que no me diste...


Cerremos el trato y firmemos, prefiero lo que me ha tocado, antes que recordar lo bueno y echarte de menos a rabiar. Antes de desear que cambies de opinión, antes de rogar que recapacites y vuelvas...
Aunque sea una última vez...

Mi parte me hará olvidarte. La tuya te hará recordarme...









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